Se analiza brevemente el caso de la aplicación del modelo LRIC Puro, de amplia difusión en los últimos años en el mundo, para el cálculo de los Topes de Precios o Cargos de Interconexión de telefonía en redes pequeñas.

En un mercado en situación de competencia perfecta el mínimo costo medio, al cual tienden los precios, es igual al costo marginal.

Si se observa el mercado de los servicios de interconexión de redes, los operadores trabajan en condiciones de monopolio natural por cuanto no existe alternativa técnica de terminación de llamadas en una determinada red A.

Para mejorar la eficiencia de la industria las Autoridades Regulatorias regulan los precios en este mercado para que se aproximen lo más posible a un mercado en competencia, o sea haciendo que tiendan a los costos marginales. Es conocido que el Costo Incremental es, en la realidad, el valor más próximo al costo marginal calculable en estos casos.

Como surge de las Mejores Prácticas internacionales y de la Academia, para cumplir con las obligaciones de la interconexión que promuevan la eficiencia y la competencia, la mejor variedad de Costo Incremental se obtiene mediante el empleo de la metodología de cálculo LRIC Puro.

Bajo este modelo, los costos incrementales relevantes (es decir, los costos evitables) del servicio de terminación de llamadas son la diferencia entre los costos totales a largo plazo de un operador que provee toda su gama de servicios y los costos totales a largo plazo de ese mismo operador, pero no proveyendo el servicio de terminación de llamadas al por mayor a terceros.

Si esta regla fuera estrictamente aplicada a redes suficientemente pequeñas no habría prácticamente diferencia entre ambos costos ya que operan en general en las capacidades mínimas de equipamiento, por lo que el costo LRIC Puro sería cero.

Se presenta aquí una alternativa para adaptar el cálculo LRIC Puro a redes pequeñas, que no es dicha aplicación estricta de la regla, pero que mantiene los conceptos y principios del LRIC Puro. El procedimiento por aplicar es calcular el “% I” de uso para interconexión de cada elemento de la red. Este valor se calcula por la metodología Bottom Up, calculando la capacidad requerida a partir de los minutos totales de interconexión que debe procesar ese elemento de red, y dividiéndola por la capacidad instalada.

Ese “% I” aplicado al costo del elemento de red representa el costo provocado por la interconexión “$ I”, o costo evitable. Esto es así, ya que, si el operador pudiera reducir la capacidad del elemento para seguir el procedimiento LRIC Puro, y calcular el costo evitable si no se presta servicio de interconexión, resultaría precisamente este costo “$ I” así calculado.

La gráfica muestra precisamente el paralelismo entre ambas metodologías que responden a los mismos conceptos y principios.

La capacidad se puede reducir en el caso de una red grande si no se provee la interconexión. En el ejemplo se supone que puede reducirse en un 20%. El costo de esta capacidad eliminable es el costo evitable atribuible a la interconexión, es decir el LRIC Puro.

Se observa el paralelismo de este costo evitable con el % de uso del tráfico de interconexión.

Es así equivalente, desde el punto de vista del costo, a la diferencia entre los costos totales a largo plazo de un operador que proporciona toda su gama de servicios y los costos totales a largo plazo de un operador que no presta servicio de terminación de llamadas al por mayor a terceros, cuando las redes son grandes.