El espectro radioeléctrico es un recurso natural, finito y, con sus variantes, constituye un bien de dominio público. Por otra parte, tiene un valor en sentido económico para los usuarios finales. Como consecuencia, los usuarios deberían pagar por apropiarse de ese valor, y en una cadena ascendente, los operadores deberían retribuir al Estado por la apropiación temporal de ese mismo valor consolidado de todos los usuarios.

Hace años, los usuarios constituían un grupo mayor o menor según los casos, pero siempre un grupo reducido de la población, por lo que la cesión del valor del espectro a ese grupo “privilegiado” debería corresponderse a un pago a todos los ciudadanos, y por tanto la retención del monto por parte de la Tesorería era la forma eficiente y razonable de cancelar esta transacción. Y así se hizo llegando hasta nuestros días.

Hoy el espectro radioeléctrico es empleado por toda la población y es un insumo esencial para la universalización del acceso a los servicios de telecomunicaciones, y especialmente de la banda ancha.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías de acceso, y en particular con la 5G NR, los accesos fijos inalámbricos de alta velocidad compiten con los cableados y especialmente en las zonas suburbanas y dispersas. Presentan muy bajos costos hundidos de cobertura. Este acceso se suma obviamente al acceso móvil de todas las generaciones y que es de uso masivo por la ciudadanía.

Sobre estas consideraciones surge la pregunta: ¿Es eficiente y razonable que en la actualidad el valor del espectro asignado genere necesariamente un pago a la Tesorería, más allá de la retribución de costos eficientes de Gestión del Espectro por parte del Regulador?

Ya no existe más la razonabilidad de que los “escasos usuarios privilegiados” retribuyan ese valor a toda la ciudadanía. Hoy, en buena medida, el grupo de usuarios coincide con todos los ciudadanos. Y el impacto del uso del espectro sobre los ciudadanos es tal que el acceso a los servicios de telecomunicaciones resulta tan esencial como el acceso a la educación, la salud o la justicia. Es una cuestión de equidad.

En cuanto a la eficiencia, habría mucho para analizar, pero alcanza con observar que cobrando por el espectro y volcando esos recursos a la Tesorería, se está reduciendo el financiamiento de una industria que con su expansión impulsa el desarrollo social, y el económico con un fuerte impacto en la Productividad Total de los Factores en forma directa o indirecta a través de otras tecnologías como la Internet de las Cosas y la digitalización en general.

Y ya hablando de Brasil, se observa que es el mejor ejemplo de aplicación de estos conceptos, donde el valor del espectro fue convertido en un 90% en compromisos de provisión de servicios y cobertura en todas las bandas, para municipios y carreteras, una red de Fibra Óptica para el Amazonas (Plan PAIS), redes de backhaul, y acceso para las escuelas, entre otros. Fue una licitación en que fueron muy bien estimados tanto el valor del espectro como los compromisos iniciales, y donde los precios ofertados que excedieron los estimados fueron convertidos parcialmente en más obligaciones. En números, de los R$ 47,2 billones totales de valor atribuido al espectro, solo R$ 4,8 billones van a la Tesorería, incluyendo un plan de pago a 20 años.

La internalización del valor del espectro por R$ 42,4 billones permitirá lograr, entre otros, estos objetivos de servicios y cobertura:

  1. Todas las sedes municipales con 5G.
  2. 1.174 municipios con más de 30 mil habitantes con por lo menos tres prestadoras.
  3. 4.396 municipios con menos de 30 mil habitantes con por lo menos tres prestadoras
  4. 1.700 localidades, que no son sede de municipio, con 5G.
  5. 7.430 localidades con 4G o superior.
  6. 2.349 trechos de carreteras conectadas, totalizando 35.784 Km (todas las carreteras federales pavimentadas)
  7. 530 sedes municipales con backhaul de fibra óptica
  8. R$ 3,1 billones para conectividad de las escuelas.

Esta experiencia previsiblemente exitosa merece ser analizada en detalle en cuanto al procedimiento para internalizar el valor del espectro en la propia industria para mayor eficiencia y beneficio para todos los ciudadanos.